viernes, 15 de enero de 2010

Sin condiciones: ITT – Enero 2010, Por Milagros Aguirre

Guerra avisada no mata gente. El Plan B, el de explotar el crudo del ITT, estuvo siempre más adelantado que el Plan A, el de conservarlo, desde el mismísimo día de la presentación de la propuesta… Bastaba con dar un repaso a las reuniones del Directorio de Petroecuador y a los planes de Petroamazonas.

Era obvio: la culpa la iba a tener el Primer Mundo, el imperialismo, los colonialistas, los pelucones desarrollados… Nosotros, ¡qué va! ¡Si somos ejemplo de conservación mundial, si ni un solo tronco de cedro se escapa del Yasuní, si hemos hecho todo lo posible por proteger y dar vida digna y garantías de supervivencia a los pueblos que viven en el parque, sean “contactados” o “no contactados”.

El Presidente ha dicho lo de siempre. Ha puesto otro plazo (es la tercera o cuarta ocasión que hace lo mismo…) y difícilmente los contribuyentes que aún podía tener podrán creer que es seria la llamada “gran propuesta del país pequeño”. Ha pateado el tablero de sus propios ministros (algunos convencidos de que cambiarían con ello el rumbo de la historia) que estaban prestos a firmar un primer documento. Ni quería ni quiso nunca dejar de explotar ese petróleo. Tenía que salirse de la propaganda que lo tenía amarrado en el ámbito internacional. No encontró mejor espacio que la cadena sabatina.

Los potenciales financiadores resultan ahora los culpables de que falle la estrategia del ala conservacionista del Gobierno ecuatoriano (a la que no ha sido adepto el Jefe de Estado).

Ellos (lo ha dicho el Presidente) no tienen ningún derecho a pedir cuentas sobre la limosna (de tantísimos millones de dólares) que arrojarán sobre el sombrero de los mendicantes ecuatorianos. Las que sí imponen condiciones son las empresas encargadas de explotarlo todo… tampoco aceptan las condiciones ajenas ni soberanía alguna (para muestra la que opera el bloque 17, que no ha apagado aún un generador pese a los oficios del Ministerio del Ambiente ni ha hecho caso al código de conducta).

Los que apostaban por la campaña Yasuní-ITT ocuparán las filas de los desilusionados. Yo prefiero, y lo he dicho en varios artículos, el principio de realidad.

Ahora está marcada (al menos así parece) la cancha. El proyecto de explotación del ITT se está cumpliendo a cabalidad: mientras unos visitaban no sé cuántos países otros trabajaban en la ribera del Napo buscando por donde hacer pasar el tubo de Pañacocha a Edén para mezclar el crudo liviano con el pesado del ITT.

Ya va siendo hora de trabajar sobre ese principio de realidad, a ver si somos capaces de defender la vida en esa selva profunda que está ya agujereada por la sísmica y en la que ya se ha abonado el terreno para la explotación. ¿O será que esa explotación va a ser hecha soberanamente a patadas y sin condiciones?.

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